Twilight Rol
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Candace Twink

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Mensaje por Candace Twink Jue Jun 18, 2009 11:21 am

Nombre: Candace Alisson Twink

Fecha de Nacimiento: 27 – 09 - 2086

Edad:
23

Especie:
Humana.

Ocupación:
Enfermera

Descripción Física:

Pelirroja.
Ojos Azules.
Labios finos.
Flaca.
1.65 de estatura.
Cuerpo bien definido.

Descripción psicológica:
Pensativa.
Analítica.
Extrovertida.
Inteligente.
Carismática.
Persuasiva.

Familia:
Alexander Twink (Padre)
De 52 años, ojos azules, delgado y fuerte. Vive en Atlanta con su esposa y su hijo Daniel, Cuando Candace tenía 10 años, se separó de su madre, nunca ha perdido contacto con ella, le visita de vez en cuando, le llama. Candace lo ama pero le guarda cierto recelo porque este la dejó a ella con su madre y no se la llevó.

Cristina Maxwell (Madre)
De 49 años, pelirroja. Vive en Pórtland, donde vivió siempre junto a su esposo y sus hijos, le fuese gustado vivir con su hija pero no lo hace porque ella fue clara en su ultima discusión.
“No quiero vivir contigo mamá, respeta mi espacio” Recordaba cada vez que sentía deseos de irse con su hija, aunque el hermano de Candace le hacía compañía.

Anthony Twink (Hermano)
De 20 años. Pelirrojo, tímido y dulce. Para Candace ha sido su mejor amigo y un fiel compañero a la hora de salir a “Tomar algo”. Vive con La madre de Candace, por petición de la propia Candace, quien le rogó que se quedara y no se mudara con ella, le gusta escribir, y ama la lectura, cada vez que visita a Candace, esta le tiene un nuevo libro. Desea irse a vivir con su hermana aunque esta se niega por amor a su madre.

Daniel Twink (Hermano menor)
Daniel tiene 12 años, no vive con Candace, es solo su medio hermano, nació cuando Su padre se separó de su madre para casarse con Martha, Su secretaria. A pesar de que Candace al principio se enfadó, luego se dio cuenta de cuan parecidos eran ella y su hermano menor, incluso más que ella y Tony. Cuando visita a su padre, cada periodo vacacional, le lleva a su hermanito lienzos y pinturas, ya que desde los 8 años ha demostrado tener grandes talentos con el arte. El chico ama a su hermana, la llama cuando puede, le habla de sus cosas y tiene un gran lazo de amistad con ella; además le encanta el hecho de que con su carisma, Candace se halla ganado el cariño de su madre y le permita visitarla de vez en cuando.

Historia Personal.
Cuando Alexander conoció a Cristina, ambos iban en la secundaria en Pórtland, ella era la típica “chica invisible” y él, el jugador de fútbol más popular de toda la escuela. Nunca lograron cruzar más que un hola, aunque hubo una única vez cuando ella se encontraba en dirección tratando de disculparse por no haber llevado el uniforme adecuado (En la secundaria donde iban se llevaba uniforme), él estaba allí por haberse metido en líos y llevaba suelta la corbata del uniforme y sonreía con picardía a pesar de tener una de sus mejillas rojas y el labio sangrante.

- ¿Estás bien? – dijo ella con las cejas arqueadas cuando le vió entrar y sentarse.
- No es tu problema niña – le dijo él con un tono algo amargo.
- lo siento – musitó ella regresando a su puesto y bajando la cabeza.
- No – susurró él – soy un grosero, discúlpame, es que esto – señaló su boca – me tiene algo molesto.
Ella sonrió y él se dijo que era la sonrisa más hermosa que jamás había visto.
- toma esto – sacó una bolsa de esas en las que se coloca hielo que sirven para el dolor de cabeza – siempre la traigo, en los ratos libres me meto al baño y me la pongo, es bastante relajante.
- Gracias.
El estiró su mano para tomar la bolsa y sintió la suavidad de los dedos de la chica, a quien nunca había visto en su vida. Luego de unos segundos Alexander empezó a sentirse más relajado, y suspiró.
- Esto es genial.
- Lo es, alivia cualquier dolor en un santiamén.
- por cierto, nunca te había visto ¿Quién eres?

Cristina sintió deseos de gritarle, patearle e incluso de empeorar la herida de su labio. ¿Cómo era posible que no supiera quien era ella si llevaban dos años en el mismo curso?, Cristina bajó la cabeza y se recordó que era invisible y que además él era un chico popular y que después que saliese de la dirección se olvidaría de ella.

- ¡Alexander! ¿Qué hiciste esta vez? – le dijo la directora desde la puerta – pasa, hablemos – miró a Cristina y a su atuendo, un vestido azul claro que le llegaba a la rodilla, y unas zapatillas blancas que hacían juego con el suéter que llevaba encima del vestido – no importa tu atuendo linda, ve a clases.
- Adiós chiquilla, ¿no me dirás quien eres?– dijo él
Ella sonrió y se puso de pie.
- No es algo importante.

Alex entró en la dirección y luego de discutir con la directora (Que era su tía) sobre el porque había terminado golpeado siendo tan popular, Alex explicó que Max, su mejor amigo había quedado en peores condiciones, la directora le dijo que tenía muy bajas calificaciones y que si no las mejoraba no podría seguir jugando. La directora le puso un tutor, una tutora, para ser más exactos, iba en su clase y era la chica más inteligente de toda la secundaria, e incluso superaba a los de último año, pero por alguna razón prefería quedarse en el penúltimo año.
- Cristina Maxwell será tu tutora.
- He oído de ella, ¿Inteligente verdad? – meditó un segundo sobre como quedaría su reputación por andar estudiando con una chica como ella – pero prefiero a otra persona.

Alexander no pudo refutar la decisión de su tía, así que se resignó a reunirse en el receso con la tal Cristina, a quien sus amigos se referían como “Nerd”. La pelirroja que había visto en dirección estaba sentada en una de las mesas del cafetín, tenía un libro abierto y a un lado tenía una Coca cola. Se acercó a ella y le saludó.
- Hola ¿Qué tal? – le sonrió.
- Hola – dijo ella levantando un poco la mirada sorprendida.
- Creí que no volvería a verte.
- Yo creí que no querrías que te vieran conmigo.
- ¿Por qué? – Rió – no me daría vergüenza que me vieran contigo, pero si con la tal Cristina Maxwell.
Ella levantó una ceja.
- Si, la Nerd.
- Uh – bufó ella - ¿La Nerd?
- Si, yo no la conozco pero mi tía me dijo que lleva dos años siendo la más inteligente de la escuela y que a en mi mismo año, además de ello, me la han asignado como tutora y te lo juro que me muero de la vergüenza.
- ¿La esperas a ella? – preguntó Cristina apretando los puños de cólera, tratando de que su voz sonara natural.
- Si, pero creo que no está
- Y como sabes que no está si no tienes idea de quién es o como es
- Si – pensó – tienes razón, pero creo que la identificaré, porque mis amigos dicen que fea, y maniática, siempre lleva el uniforme impecable y usa gafas, además de aparatos en sus dientes.
- hummm – musitó ella – entonces que tengas suerte con tu tutora.
Cristina se puso de pie y cuando iba unos cuantos pasos lejos de Alex, tras ella venía Catherine, su mejor amiga.
- ¡Cristina te ves genial sin los brakets! – Cristina se quedó helada cuando giró y vió a Catherine tras ella y a Alexander en Shock - ¡Casi no te reconozco! Te ves estupenda.
- Gracias Cati.
- Ttttu – tartamudeó Alex - ¿Eee-ee-res Criss-ss-tina?
- Si – le miró de soslayo – soy Cristina Maxwell, tu fea y maniática tutora.

A partir de ese día a Alexander le costó mucho poder hacerse amigo de Cristina, pero poco a poco fue lográndolo, ella, quién ya estaba enamorada de él desde la primera vez que lo vió, le fue difícil hacerse su amiga, pero para cuando llegaron a la universidad era inseparables, estudiaron juntos derecho y ambos se graduaron de abogados, cada uno con novio, pero fue un par de meses después cuando Alex, quién iba a casarse, descubrió que Cristina había dejado a su novio y se iba a otro país, fue difícil para Alex encontrarla pero cuando lo hizo ella estaba muy segura de irse.
- No te vallas Cris – le rogó él por enésima vez.
- Tengo qué – dijo ella, cansada de llevar toda la tarde recogiendo sus cosas y terminar discutiendo con Alex – ya no soporto vivir aquí, me mudaré a Las Vegas con una amiga.
- Vamos Cris, ese tonto de Mike no vale la pena, no te vallas, quédate conmigo
- Vas a casarte Alex – dijo con resignación – no puedo quedarme contigo, y además, no es por Mike por quién me voy, él no me dejó, yo lo dejé.
- ¿Uh?
- Si, lo dejé porque…
- ¿Por?
- Porque no lo amaba Alex, yo…
Cristina comenzó a llorar y Alex la abrazó.
- Yo amo a otro tipo – dijo ella entre sollozos.
- No te vallas Cris, no quiero estar solo.
- Te casarás en un par de meses, no estarás solo.
- Yo… yo no me casaré.
Cristina secó sus ojos y le miró sorprendida
- Sucede que yo también descubrí que no amo a Sally, y prefiero no herirla y dejarla que sea feliz con otro.
- Vamos, estas mintiendo Alex.
- No miento, yo te amo es a ti.

Cristina quedó en Shock, no sabía si llorar, abrazarlo, sonreír o abofetearlo por haber tardado tanto en darse cuenta.
- ¿Ah?
- Que te amo es a ti ¿Estas sorda?, me gustas desde que te vi en la dirección, me gustas mucho, y te he amado desde que nos hicimos amigos, no quiero que te vallas Cris, pro favor, quédate conmigo.
- Yo… - Cristina estaba muda, no sabía que hacer, solo se quedó mirando a Alex a los ojos comprobando que no mintiera, y sabía lo que vendría después.
Alex se acercó a ella lentamente y le besó, primero suave y luego como si fuese soñado con ese momento toda su vida. Fue un beso largo y al final Alex la miró a los ojos.
- No te vallas Cris Casémonos.
Ella quien ya estaba al borde del colapso sintió desmayarse.
- Claro que quiero tonto, yo también te amo.

Lo que vino después de eso fueron años de felicidad, cuando nació la primera niña del matrimonio Twink, todo parecía ser perfecto, su nombre fue Candace, y era un niña preciosa, con el cabello de su madre y los ojos de su padre, era muy extrovertida además de inteligente. Después de ella nació Anthony, más tímido que Candace, pero a pesar de ser más pequeño y recibir toda la atención Candace le amaba y lo cuidaba a pesar de solo llevarle tres añitos.

El matrimonio se debilitó cuando nació Peter; cuando Candace tenía cinco años, era un bebé hermoso y aprendía a caminar cuando su padre lo llevó al parque junto a sus hermanos, Candace jugaba en la caja de arena junto a Anthony y su padre los miraba desde una banqueta, sin percatarse de que el pequeño Peter gateaba hacia la calle, miró a los dos niños y se dio cuenta que faltaba Peter, pero cuando lo hizo, se escuchó, tras él en la calle, el rechinar de las ruedas de un coche, y el grito de varias mujeres.
Luego del entierro del pequeño Peter, la madre de Candace, quien sentía mucho resentimiento por Alexander, se distanció un poco de él, y a pesar de que estaban juntos en su casa constantemente discutían y al cabo de dos años, el padre de Candace, tomaba casi todas las noches y casi no dormía en la casa.

Fue cuando Candace tenía nueve años que su padre la llamó en solitario y le dijo que se iría, que estaba por divorciarse de su madre y que se iría de la casa, Candace, lo entendió, era una niña muy madura para su edad, así que no puso objeciones. Su madre odiaba a su padre y prefería verlos separados que vivir un infierno con ellos juntos.

Dos años después el padre de Candace se había casado de nuevo y Candace se enteró que tendrían un nuevo hermanito, al principio le molestó y dejó de hablarle a su padre, pues creía que él la cambiaría por el nuevo bebé, pero no fue así, con el pasar del tiempo, Candace se dió cuenta de que su hermanito era tierno y que no se interponía entre ella y su padre.

Cuando terminó la secundaria y fue a la universidad, Candace estudió enfermería junto a una amiga suya, se fue de casa a estudiar en Seattle, pero luego de graduarse regresó, trabajó un par de meses en Pórtland, pero Cristina, su madre, resultó ser muy imponente y Candace se fue a Seattle de nuevo a empezar de cero.

Dejó a su hermano Anthony viviendo con su madre y ambos ven de vez en cuando a su padre, no le odian ni le reprochan nada de lo que hace, tratan de que la estadía con su madre sea equilibrada y le aman a ella también, aunque a veces solo se dedica a juzgas al padre de ellos por sus actos y por sus errores.

Datos Extras: Hace un año Candace se graduó en la universidad de Seattle y se dedica a practicar la enfermería. Ejerce su profesión el hospital de la ciudad, hospital que le fue asignado hace seis meses, por ello se mudó de casa de su madre, tratando de independizarse.
Dice que no quiere enamorarse para no sufrir, pero espera encontrar el amor algún día.
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