Odio las visitas / 6 de agosto 7:00am / Libre

Amaranta se instaló en su nueva y temporal residencia.
Era llamativa pero pequeña. Tambien había costado un gran dineral, que había conseguido con el mismo monótono plan de siempre; Guardias de seguridad... sin piedad los mata, los come y luego todo solucionado... el banco le "presta" todo lo que quiera.

Ya había saciado su sed, asique la humanidad estaba a salvo por una semana, al menos.
Se encontraba acomodando sus poquisimas pertenencias de alguna forma que sea agradable a la vista, pero la interrumpió un sonido de afuera.
Unos pies habían parado y solo deseaba que no fuera con intenciones de tocar su puerta.
Pero sí, tocaron la puerta y Amaranta muy molesta estuvo en un segundo cerca de la puerta, la abrió y esperó escuchar alguna palabra que no la molestara mas de lo que ya lo hacía su sola presencia.
- Odio las visitas - Pensaba.

Había salido a comer algo, un chico de unos 19 años de edad se cruzo en mi camino, le vi intentando robar una bicicleta... así que decidí robarle yo la vida.
Ahora que estaba con la barriga llena, me apetecia dar una vuelta a ritmo humano... pero algo me interrumpió.
Al pasar por delante de una residencia, detecté un olor vampirico... no pude determinar si era vegetariano o carnivoro... pero estaba seguro que era un vampiro.
Me acerqué y leí - Residencia Balk -, me acerqué a la puerta con total tranquilidad y piqué.
Una chica un tanto extraña me abrió la puerta con cara de no muy buenos amigos. No dijo nada, ni mostró ningun gesto en su rostro, simplemente esa cara enfadada...
- No te molestaré mucho rato, tranquila... Eres un poco rarita ¿no? - levanté una ceja al ver su vestimenta y su peinado - Hueles rancio, eres carnivora... - mostré una sonrisa - yo también, me llamo Benjamin, puedes llamarme Ben - extendí mi mano. No tenía nada en contra de los carnivoros.

Amaranta mostró su cara de disgusto.
¿Quien se atrevía irrumpir alli?
Al menos era un vampiro y no un humanito.

- Ah... - dijo desinteresada.
Extendió la mano y se peleó con ella misma en su mente.
¿Le digo mi nombre? No me interesan las amistades.

Un nombre no haría nada - Amaranta - se tocó el pelo y se apoyó contra la pared, como si fuera necesario.

Estaba decidida a esperar que aquel vampiro diga algo importante o interesante o le cerraría la puerta en la cara - ¿Que quieres por aqui? - dijo controlando sus palabras, en un intento de parecer normal, aunque las dijo de un modo tan rápido que era solo entendible por ellos.

Me dió la mano, pensaba que no lo haría, y me dijo su nombre.
- Amaranta eh... - no lo había oido nunca - si, todas las mujeres de mi familia se llaman así - ni conozco mi famila. Eché a reír.
Se apoyó en la pared y se tocó el pelo.
- No vas a mejorarlo, es imposible hacerlo - le guiñé un ojo.
- Bueno, no voy a seguir dando largas. Como comprenderás no estoy aqui por gusto -suspiré - vengo porque vivimos por la misma zona y no quiero tener problemas con las presas - realmente eso ni me importaba... hay humanos de sobra.
- Bonito piso - entré sin esperar que ella me lo permitiera y me acomodé apoyado en la repisa de un sofá.

- No lo había pensado. Llegué hace unos minutos, pero tengo mis tácticas de caza. No te preocupes - dijo amablemente, lo que era totalmente raro en ella.
- Si, es bonito - puso los ojos en blanco y una sonrisa inesperada recorrió su rostro. Era mas raro aún. Hacía años que no mostraba simpatía con algun ser, a menos que sea pura actuacion, para cazar.

Sus ojos se fijaron en los de Benjamín y aunque no quizo parecer mas desagradable, lo único que tenía para decir era - ¿Algo mas? -

Se mostró algo más simpática que en el recivimiento.
- De acuerdo, pues entonces no hay problema - sonreí.
Me fijé un poco más en ella, vestía raro... pero no era fea.
- Que interesante... una carnivora guapa y extraña por aqui - me gustaba la idea de que fuera extraña -Vah, olvidala... ¿quien iba a quererme a mi? - reí con mis propios sentimientos.
- ¿Ya me echas? - puse carita de pena.
No me suelo comportar así... -Bueno, un día es un día... no pasa nada por hacer una excepción - la miré a los ojos.

Èl la observó de un modo que hacía años nadie lo hacía.
Su rostro mostró la confusión. Sabía que no le iba a ser de ayuda, pero revisó parte de sus recuerdos mas cercanos.
Apenas habían pasado algunas semanas, y podía ver como Benjamin se desenvolvía en una librería, una pelea con una vampira y una charla con otra. Eso la perturbó muchisimo.

Intentó guardar sus emociones como siempre hacía y preguntó lo mas calmada que pudo - ¿Hay mas vampiros aqui? - Realmente no estaba en los planes de Amaranta que donde se instale encuentre algún vampiro. Se precipitó y actuó sin pensarlo.

Lo tomó del brazo y lo empujó contra una pared, mientras lo sostenía contra ella.
Habían pasado años que no veía uno de ellos y ahora se encontraba con tres. Tal vez, si Benjamin no estaba dispuesto a hablar debía usar otros métodos, pero no lo dejaría ir si no le decía sobre las vampiresas.

Se le acercó y volvió a preguntar, pero ésta vez sin contener la calma y mostrando sorpresa e intriga - ¿Hay mas vampiros aqui? - Finalizó.

Cambió totalmente de opinion, me agarró, me puso contra la pared y me preguntó si habia más vampiros por aqui.
- Por lo que he visto, si... el otro día me enconté dos chupa-cabras en una librería, ah... perdón. Chupa-cabras significa vegetarianas - reí al recordar la situación.
- A mi parecer no son peligrosas... que sigan con sus animalitos... - suspiré y la volví a mirar a los ojos, ahora la tenía más cerca...
De pronto, algo invadió mi cabeza y empecé a marearme - Mierda, otra vez no - Benjamin tiene el poder de hacer predicciones de futuro a corto plazo, pero no sabe controlar su poder - Maldita sea... - empecé a ver imagenes... veia a Amaranta... y a mi.... estabamos justo de esta forma, apoyados en la pared y ella se me acercaba un poco, yo estaba nervioso, y... la besaba.
Empecé a verlo todo más borroso... hasta que distinguí la realidad.
Todo eso había transcurrido en un lapso de tiempo de 1 segundo tal vez.
Amaranta seguía delante mio de la misma forma... - ¿Como puede ser que...? ¿Porque...? - estaba muy confuso.

Benjamín le sacó las dudas a Amaranta y ésta se econtraba en una
incomoda situación. Había actuado tan salvaje sin razón. Ella era fría
y no le interesaban las opiniones pero se encontraba en shock, cuando
reflexionó de la manera que había tratado al vampiro, y se sintió
apenada.

Por primera vez, dijo sinceramente la palabra - Lo siento Ben - ¿Lo has llamado Ben? - disputaba con ella misma.

Lo soltó pero quedó confundida, allí, parada y volvió a revisar sus
recuerdos. Én esta oportunidad llegó mas a fondo. Pudo ver como
Benjamin era solitario; el día de su transformacion.

Amaranta había tenido la suerte de tener un profesor - el recuerdo le
dolía en lo mas profundo de su alma, si es que la tenía, pero aguantó
sus sentimientos - en cambio Benjamín fue y era en ese momento un
"cuerpo en pena"...

Sintió una vez mas pena, compasión y su mirada que se posaba en el suelo subió para ver que era lo que Benjamin hacía.
Ambos estaban hablando con ellos mismos, sin prestarse atención ni dar importancia a los centimetros que los separaban.

En medio segundo Amaranta estuvo en su habitación - que solo contenía
ropas y libros - y al completarse el segundo y medio ya tenia a
Benjamin enfrente, pero no tan cerca y ella llevaba un atuendo mas
suave para la ocacion.

- Eso es la cosa con menos sentido que has hecho alguna vez - Se sermoneaba ella misma. - ¿Porqué cambiaste tu ropa? ¿Porque te disculpaste? ¿Porque estas callada? ¡Échalo! - Pero no actuó. No sabía si esperaba algo, o no. Mostraba la confusión en su posicion de defensa y en su expresión.

Amaranta se disculpó, y no se de qué.
En un segundo se fue y volvió con un atuendo más... normal.
Era atrevido, y eso la hacía estar tremendamente atractiva.
- Olvidalo Ben... - peleaba conmigo mismo, no sabía como actuar después de haber tenido mi predicción.
- Malditas predicciones... - estaba confuso, pero no pude dejar de mirar a Amaranta.
Sin poder creermelo yo mismo, me acerqué a ella y le susurré al oido - Te sienta bien lo que te has puesto ahora - sabía que no hacía falta acercarme tanto a ella para tener que susurrarle eso, me iba a escuchar igual... pero quise acercarme por voluntad propia - ¿Voluntad propia? - sabía que la acabaría besando... pero no sabía el porque.
- Malditas predicciones, malditas predicciones, malditas, malditas, malditas... - no podía parar de repetirmelo.

Amaranta se inundaba en confusión.
No le desagradaba el hecho de aquella visita, pero no le parecía nada buena.

En otro caso hubiera asesinado al pobre que hubiera irrumpido en su residencia, pero este "pobre" se estaba mostrando... distinto. Y eso la frenó. Lo re-pensaba varias veces antes de; Hecharlo de una patada ó seguirle la corriente.

Helada, allí en ese lugar comenzó a alucinar.
En frente suyo imaginaba ver a Esteban - su creador y único amor - y cuando Benjamín habló, sentía el perfume de Esteban, y la voz de Esteban.

No se daba cuenta que era todo imaginación. Estaba sintiendo por primera vez el desamparo y la trsiteza del recuerdo. Lo extrañaba, pero ella no se daba cuenta ya que nunca había sentido tal cosa.
Amaranta pensaba que allí tenía a su amado, que volvió para compensar todos los años que le debía.

- ¡Esteban! - Se sorprendió.
- Esteban te extrañé muchisimo. ¿Donde has estado amor? - Le preguntaba a la espectral figura, que era solida.
Tocó el pecho de Benjamín, aún sintiendo que era el vampiro que deseaba.

Si bien ella recordaba, Esteban leía mentes, por eso le hablaba en pensamientos.

Se abalanzó sobre él y con su boca en la del vampiro, comenzó a llenarse de emociones.
Extrañaba los besos. Aunque creía que Benjamin era otra persona, los sentía con la misma intensidad. Dió rienda suelta a los sentimientos que tanto extrañaba... siempre alucinando y sin saber que era Ben el hombre que estaba respondiendo a sus acciones.

Después de alejarme un poco de ella y volverme a mentalizar miré a Amaranta.
Su rostro era de confusión, es como si fuera un espejo y me viera reflejado a mi... seguro que yo tenía el mismo.
Intenté mentalizarme para que mi predicción no se diera.
- No la voy a besar... seguramente ahora me preguntará que si quiero algo más y yo diré que no y ya me marcho... ya está, no es tan difícil - algo mi interrumpió mis pensamientos. Ella. Su mano. Me estaba tocando el pecho.
La miré a la cara, ella me acariciaba el pecho - ¿pero que...? - no tube tiepo a seguir que ella se me avalanzó y me besó.
No era exactamente como en la predicción... pero aún no las sabía controlar del todo.
Quedé totalmente parado, no me imaginaba que fuera a hacerlo...
Pero no pude controlar mi deseo y le seguí el juego besandola también.
Mis manos se acercaron a su espalda y bajaron suavemente hasta la cintura.

Amaranta y el "supuesto" Esteban se mostraban raro.
En los recuerdos de Amaranta veía a su pasional amante desenvolviendose con ternura y dedicamiento. Pasión, amor, salvajismo(?).
- Amor, estas raro... - Le "decía" mientras lo probaba. Ellos tenían una forma especial de manejarse y en verdad sentía que éste Esteban era distinto al que ella conocía.

Lo empujó contra el sillón y con una rápida maniobra se encontraba ensima de él, y nuevamente en el piso ambos. Amaranta manejaba el cuerpo de "Esteban" y lo besó una vez más, ésta vez con todo su potencial.

"Esteban" no le respondía de la forma que hacía siempre. Él nunca se dejaba manejar y sus besos eran desgastantes, le producían necesitar aire.

Lo soltó y al juntar fuerza con sus piernas se tiró contra la pared de atras de ellos.

Allí parada dijo lo mas calmada que pudo - Benjamín, te retiras ¡ya! -

Lo había notado, aquel no era sino producto de su imaginación y estaba furiosa con ella misma por su forma de actuar y con él por seguirle el juego.

Contó hasta 10 segundos esperando que al abrir los ojos el desagradable y estúpido vampiro se haya marchado.

Amaranta empezó a apasionarse cada vez más.
No pude controlar los deseos que había reprimido durante tantos años.
Ya que no sabía como actuar, me dediqué a seguirle el juego.
De pronto me tiró al sofá y ella se tiró encima mio O_O
Siguió besandome y tocandome. Yo estaba flipando... - ¿Por qué lo haces? - sin tiempo a poder contestarme mi propia pregunta, Amaranta se separó de mi y con sus piernas me lanzó contra la pared.
Quedé sorprendido y me dijo que me fuera en menos de diez segundos.
- ¿Que hago? ¿Me voy? ¿Le pregunto el porque? ¿Me acerco a ella y le pido perdon? ¿Me intentará matar si me acerco a ella? Si me intenta matar ¿Me defiendo? - pense y gasté dos segundos de mi tiempo - mejor me voy... - sin decir nada caminé por el pasillo, abrí la puerta de la calle, salí y la cerré. Caminé un poco y me sente en el bordillo de la calle.
Y ahí me encontraba yo... sentado delante de la casa de una vampira carnívora, que en un principio era desagradable, luego simpática y finalmente apasionada O_O
Solo pude repetir el voz alta - Malditas predicciones, malditas predicciones, malditas, malditas... - mientras ponia mis manos en la cabeza.

Benjamín hizo caso a la petición de Amaranta aunque vaciló unos momentos. Cuando ella abrió los ojos, él ya no estaba y así sería mejor para ambos.

Ami continuó con lo que hacía, para despejar su mente y con la musica a todo volumen - como si lo necesitara - se inundó en despreocupación para olvidar el mal trago.