Coincidencia / 12 de agosto, 18:59 / Reservado

Como siempre, caminaba por Seattle con mi iPod. Esta vez nuevo, uno que aún no estaba en el mercado, con mi nombre grabado en negro sobre el color fucsia. Lo amaba. Quedaba bien con mis converse rosa chillón y la camiseta blanca y rosa. Llevaba unos pantalones azul eléctrico, que también amaba. Mi estilo, siempre tan especial.
Iba cantando una canción muy vieja, de mis tiempos.
Pasaba por una calle con varias casas grandes, con humanos atareados o tocando. ¿Tocando? Puse el oído en aquella casa, la música de mi iPod sonaba floja, la paré. La voz... era alguien conocido, me acerqué un poco, era un humano, era Didac. Sin que nadie me viera, subí de un salto a su ventana. Por suerte no me vio, y me senté en un árbol que había justo en frente. En silencio, me quedé allí, sentada mirando como tocaba una bonita canción.

Hacía una tarde buena para ir a dar un paseo, pero a mi no me apetecía.
Tenía un mal día en cuanto a lo que el animo se refiere.
Así que para despejarme busqué mi guitarra acústica y empecé a componer una canción.
Como estaba con el animo bajo, las cosas me salían solas...
- A ver... algo que rime con bajón... - empecé a mirar por la casa a ver si algún objeto me inspiraba - televisión... no, calefacción... no - me levanté y me acerqué a la ventana para ver si algo de la calle me podía servir.
Cuando miré, había una chica en el arbol de delante de mi casa O_O
Cuando me vio, la chica se asustó y cayó del arbol dandose un tremendo golpe contra el suelo. - ¡Sí! ¡Hostión! Hostión rima con bajón - lo apunté en la libretita que llebaba en la mano.

Abrí la ventana y miré a la chica, era Marta.
- ¿Qué haces aqui? - pensé otra vez en lo sucedido... estaba subida a un arbol mirando mi ventana - ¿me estabas espiando? - era obvio que si, ¿o es que ahora está de moda subirse a los arboles y mirar las ventanas de la gente?
La situación era tan graciosa que no pude evitar ponerme a reir.
Miré a Marta, ya no recordaba lo guapa que era... parecía un angel caido del cielo. Solo que había caido de un arbol...

Perfecto, había un gato a mi lado que se acercaba lentamente. ¿Estaría ocupando su terreno? Quizá, porque se acercaba cauteloso, salvaje, bufado, nervioso. Le enseñé también yo los colmillos. Los míos imponían mas, el gato volvió un paso hacia atrás. En ese momento Didac se movió, ya no tocaba. Miré a trabes de la ventana y le vi observándome. ¿Cuanto habría visto? Aún siendo vampira, tenía mi parte humana que aún conservaba. Era una torpe y una gafe. Caí hacia atrás al querer esconderme de él, pero caí al suelo haciendo un golpe sordo. Oh, no. Podría haber echo un gran agujero en el suelo, pero gracias a mis rápidas manos, solo había echo dos pequeños.
Miré a Didac, que se reía desde su habitación- ¿Pero eres idiota o que? ¡Como te voy a estar espiando! Si te parece soy de la CIA, no te jode... -recordé que era una humana, y que habría echo mucho daño eso de caer desde un árbol- anda, baja a ayudarme, me duele la pierna -si bueno... creo que solo me había echo cosquillas- Y por si te interesa, estaba salvando un pobre gato -dije poniendo morritos.

Se quedó sentada en el suelo y me dijo que no me estaba espiando, que estaba rescatando un gato del arbol -ya, calro... - dejé la libreta encima de la guitarra y salí.
- A ver esa pierna... - arremangué un poco el pantalón para ver si se había hecho alguna herida - bah, si no tienes nada... exajerada - la miré con desprecio, luego reí.
- De todas formas, si quieres pasar a ponerte hielo, adelante - me gustaría pasar la tarde con ella.
- ¿Y donde está el gato supuestamente has salvado? - dije mirando a todos lados encojido de hombros.

Arremangó el pantalón y miró mi pierna. Si, exajerada- me saldrá un morado, ¡ya verás! y todo por tu culpa... -me levanté apoyandome en su hombro, exajerada. Sonreí, debía ser mas buena actriz.
Miré hacia el árbol- debe estar por ahí, juro que había un gato -si, lo oía. Estaba entre las ramas- estaba asustado... pobre.
Le miré a los ojos, y enfurruñada como una niña pequeña, le dije:- y además, el árbol no es tuyo, que mas dará si estaba o no en él. ¿Eh? Si te espiaba sería por escuchar la canción, y se escuchaba desde abajo, no entiendo el porque subir solo por un poco de música... si despues me puedo caer.
Con este discurso puede que piense que sí que lo espiaba. En cierto modo, era verdad.

Era posible que le saliera un morado, el golpe había sido bueno - ¿Mi culpa? Eres tu la que se sube a los arboles en plan super-heroina a rescatar gatos - dije como si estubiera enfadado - así que resulta que no solo me espiabas, sinó que escuchabas la canción que estaba componiendo, a parte de salvar el gato, claro... - acerque mi cabeza a la suya con un gesto enfadadizo - ¡Cotilla! - golpeé su frente con mi dedo índice.

Super-heroína, sonaba bien. Sonreí mientras él tenía cara de enfadado. Era gracioso- Oh! ¿Cotilla? ¡Eso me ofende! -me giré y cruzé mis brazos. Hice un sonido parecido a un ''jum'' mientras lebantaba la barbilla.
- Eres un niño tonto, ya no ta' junto -dije con una risita floja. Siempre me había echo gracia decir eso, me giré un segundo más tarde y lo abrazé- Aiiiix, ¡que bien me caes! Ahora quiero algo para tomar -reí.

Hizo ver que se enfadaba por que la había llamado cotilla.
- Tss... - la miré y ella me abrazó, me sentí genial... era adorable.
- ¿Algo para tomar? - pensé en que tenía en mi nevera - ¿la nena quiere un colacao? ¿o un zumito? - eché a reir también.
Entramos a casa.

¿Nena? Ahora me trataría como una niña pequeña, era divertido. Entré a su casa, sin decir ni una palabra. Miré cada detalle, nunca había entrado allí y tenía curiosidad de como sería. Paré detrás de él.
- Mm... quizá un zumito iría bien -era a lo poco que me había acostumbrado desde que era vampira, era dulce y amaba lo dulce. Y encima... era una niña pequeña, ¿no?
Caminé hacia el sofá lentamente, mirando de reojo a Didac y con una sonrisa divertida- espero que no te importe que me siente -y caí sobre el sofá. Suspiré y bostezé- si, es comodo -me moví en mi sitio para acomodarme y reí flojito- debería decirle a mi jefe que me compre uno para el despacho, mucha CIA y mucha pasta, pero ningún sofá en condiciones... -dije bromeando mientras ponía los ojos en blanco.

Abrí la nevera en busca de su zumo - Solo hay de piña, así que tendrás que conformarte - lo cojí y fuí hacia el comedor - sí, ese sofá es la comodidad sofacificada - bonito palabro - y... ¿se puede saber que quiere la CIA de mi? - le lancé el zumo esperando que tubiera los reflejos suficientes como para cojerlo.
Me senté a su lado.


Off: Sofacificada = Personifidaca (como el sofá no es una persona no me servia la otra palabra) xDDDD

Oh, piña, perfecto. Me lanzó el zumo y lo cogí al vuelo, algo bueno debía tener eso de ser vampira. Le miré con aires de superior y bebí algo de zumo- pues no me lo dejaron muy claro, creo que solo te quieren para satisfacer a las secretarias, las pobres buscan amor y placer, y sin razón alguna apareciste en la lista de gigolós -dije seria. Volví a beber zumo, y le miré- interesante, ¿verdad?

La chica tenía imaginación, tipico de las niñas pequeñas...
- Así que gigoló para las secretarias... - me puse el dedo índice por la barbilla apoyandola en el pulgar y la miré - Esas cosas no se dicen, caca... es de adultos - le golpeé muy flojo con mis dedos índice y corazón en sus labios - te voy a tener que labar la boca con jabón - no pude contenerme más y eché a reir.
- ¿Y estás segura que solo las secretarias quieren mis servicios? ¿O alguna agente que se sube a los arboles también está interesada? - puse mis ojos en blanco.

- Oh no, ¡odio el jabón! mi madre ya me hacía comer jabón cuando decía palabras mal sonadas -dije riendo.
Le miré divertida cuando dijo la última pregunta. Le di un empujón en el hombro con un poco de fuerza y lo estiré en el sofá- Bueno, es posible... -de un pequeño salto me puse encima de él como un gato salvaje, con una sonrisa pícara y la mirada clabada en la suya. Me acerqué poco a poco a él, y cuando estaba a punto de besarle solté una caracajada- pero esto en una niña pequeña está mal visto -besé su nariz y me incorporé. Me acabé el zumo y me quedé mirandolo.

- ¿Y a quien le gusta comer jabón? - me estiró en el sofa y se me tiró encima O__O
Se me acercó mientras me miraba sonriente, y.... me besó.... la nariz.
- ¿Mal visto eh..? - me incorporé en el sofá mientras murmuraba muy flojo - maldita niña... - esperaba que lo escuchara.
La miré, se había acabado el zumito y tenía sus ojos clavados en los mios.
Ya no me acordaba como me imantaba su mirada...
- Pues... no te voy a negar que en una niña pequeña quede mal visto... - dije mientras movia mi dedo índice como si fuera una explicación muy importante - pero... podemos hacer un trato - sonreí - yo te perdono lo del jabón y tu.... y tu.... ¿que haces tu? - levanté una ceja y sonreí.

Reí con su ''cumplido''. Me lo estaba pasando bien- y yo que iba a quedarme en casa... tengo suerte -enarqué una ceja.
- Claro, y aqui el que gana... eres tú -dije mientras con mi dedo índice le daba en el pecho- No sabes ni nada... y encima, ¡aprobechándote de una niña! ¡Te denunciaré Didac! -ahora estaba sentada con las piernas cruzadas sobre el sofá, típo indio- ah, y no nos olvidemos de las amenazas con el jabón ¡esto es el colmo! No me esperaba esto de ti...

¿Que salgo ganando? ¿Denunciarme?
Repetí - maldita niña... - mientras la miraba y reia.
- ¿Estás segura que el zumo no se te ha subido a la cabeza? - puse cara seria y la empujé poco a poco con mi dedo índice haciendo así que lentamente fuera cayendo, debido a su postura india. Me costó, pero al final se dejo caer al sofá.
- Eres una niña mala... como no te comportes te voy a castigar

- No creo... -el zumo no, pero la coca-cola si me transformaba.
Me hizo caer poco a poco, golpeandome. Al final dejé que me venciera y caí, puse bien las piernas, así eran incomodas una vez estirada- ¿Y que me arás? ¿Me harás la tortura china? ¿Me atarás a la cama? ¿Y una vez allí...?
Si, estaba jugando con el pobre humano.

Que si torturas chinas que si historias...
- Ah... no sé, tu verás - parecía que la niña pequeña había madurado un poco - es tu castigo, escojelo tu - enarqué una ceja - y aún no me has respondido a mi pregunta... - fui al labavo y agarré una pastilla de jabón - A mi me han dicho que no sabe muy bien, tu verás... - lancé la pastilla arriba y la volví a cojer. Repetí ese movimiento unas cuantas veces.

Didac iba en serio con lo del jabón. Aunque conmigo no podría, ¿querría volver a perder? Enarqué yo tambien la ceja, y esbocé una sonrisa torcida.
- Bueno... creo que no quiero comerme eso -dije señalando el jabón mientras miraba la pastilla con odio. Le miré con la misma cara y añadí seria- y no entiendo el porque de escoger yo el castigo... si fuera por mi... huiría -mentira- antes de ser castigada... Así que si no quieres quedarte sin Marta, será mejor que me impongas rápido un castigo.

No le apetecia tragarse el jabón - obvio... - y no quiso escojer el castigo... - si te castigara realmente con lo que quiero... - aparté el pensamiento de mi mente, soy un estúpido.
- Mira, vamos a hacer una cosa... - dije dejando la pastilla de jabón en la mesita - ¿Y si no te castigo y ya está? - reí.
Esperaba que ella propusiera alguna alternativa.
Me apetecía mucho pasar la tarde con ella... y no solo la tarde.
- Ya sé, he tenído una idea - chasqueé los dedos - atenta, porque esto no se da todos los dias - me mofé de mi mismo - ¿Y si te quedas a cenar? Te debo una pizza ¿recuerdas? - enarqué una ceja.

- ¿Quedarme a cenar? Yo me lo cenaría a él, pero no puedo porque es mi amigo, que pena... tiene un aroma muy dulce y apetecible -Sonreí y miré las musarañas, como si estubiera pensando que hacer.
- Bueno, la verdad me apetece pizza... estar contigo no, pero si ese es el precio por comer... me quedo -agarré la guitarra que ahora estaba en la mesita- y me tienes que tocar, quiero escucharte, ¿Sabes? -le miré y sin apartar la vista de él, toqué varias notas que a Didac -mi amigo de cuando era humana- le costó enseñarme. Reí- no soy muy buena.

- Ah... ¿así que no te apetece estar conmigo? - puse carita triste mientras ella pasaba de mi e intentaba tocar la guitarra.
- ¿Tocarte? - sonreí - ejem... ¿no has tenido suficiente con lo que has escuchado mientras me espiabas? - enarqué una ceja - además, si no te apetece estar conmigo no sé porqué debería tocar la guitarra - me crucé de brazos y giré la cara como si estubiera enfadado.

- Pues no, no tengo bastante, por cierto, si en una canción pones ''bajón'' y ''hostión'' no creo que a nadie le interese -dije mientras volvía a tocar las cuatro notas- tienes que enseñarme -señalé la guitarra. Reí ante su enfado- ¿y ahora quien es el niño pequeño? -me tiré encima de él. Rodeé su cuello con mis brazos y reí a carcajadas- va, que si que quiero cenar contigo ¡es como una cita! ¡y no puedo rechazarla de un gran amigo como tú! -recordé mi piel fria, y me despegué rápidamente de él. Si, seguro que lo habría sentido, y más que nunca.

- Así que crees que una canción que contenga la frase: "Hoy estoy de bajón y me voy a dar un hostión" no va a trinfuar... se nota que no estas puesta en la música actual - me hice el sabelotodo - es broma, sé que es una porquería... pero necesitaba componer algo, siempre va bien plasmar lo que sientes en una canción - ella me llamó a mi niño pequeño y se tiró encima mio abrazandome el cuello y aceptando nuestra "cita" como amigos - ojalá no fuera solo amigos... - a pocos segundos de estar abrazandome, se retiró muy rápidamente, una lástima... estaba tan comodo... - ¿tan rápido? jo... si ahora soy yo el niño pequeño, he de comentarte que me gustan mucho los mimitos - le saqué la lengua muy alegremente.

- Oh, asíque al niño bebé le gustan los mimitos... -le acaricié el rostro, no parecía importarle mi piel fría, así que estaba mas cómoda, me sentía bien- ¡mira la hora que es! ¡tendré que darte el biberón y llebarte a la cuna! -pensaba levantarlo y llebarlo a la cama, solo para hacer la broma, pero pensé en lo que parecería y lo que pensaría. Así que lo dejé para otro momento, quizá un minuto, o un segundo... Me levanté y lo agarré de la mano con fuerza, le dí un ''pequeño'' empujón y lo levanté del sofá- vamos bebé, ¡a la cama! -como si fuera mi casa, lo llebé rápido hacia su habitación, cogidos de la mano. Lo tiré a la cama y me quedé mirandolo- ¿pero que haces Marta? Es solo un humano, si te descontrolas podrías... -Ladeé la cabeza para sacarme esa idéa de la cabeza, pero no se iba- Mira que solo lo has echo con Poul... y era uno de los tuyos. Destrozábais hasta casas, ¿y él? es un débil humano... estás loca -cerré los ojos con fuerza- lo siento, Didac... -salí por la puerta y bajé las escaleras.